jueves, 23 de mayo de 2013

Estrella encerrada.

Encerrada en un pequeño tarro, había una estrella.
Una estrella tan brillante, y tan majestuosa, como la aurora boreal.
Esa pequeña estrella, no estaba encerrada contra su voluntad.
Pues sabía que si algún día salía, las demás estrellas la rechazarían.
Esta estrella, pensaba que era muy fea, nada bonita.
Pero no era así, las demás estrellas la rechazaban porque les haría sombra.
Porque sabían que era más brillante que ninguna, más que ellas mismas.
Y la pobre estrella quedaría encerrada, hasta que alguien, algún día, quisiera su luz.

Y nadie, absolutamente nadie, debería verse privado de su luz.

jueves, 16 de mayo de 2013

Y si puediese escribir una carta de suicidio...

Nunca creí que pudiese verme a las 5 de la madrugada escribiendo esto, pero llevo muchas noches dándole vueltas a lo mismo, y bueno, llegué a una simple conclusión; quiero dejar este mundo. Y no lo veo algo tan malo ¿sabes? La gente toma el suicidio como un tema tabú, y yo creo que cada uno es libre de elegir el momento en el que quiere morir, en el que quiere cerrar los ojos para no abrirlos nunca más, el momento de pasar a el otro lado, a lo que venga después, es como lanzarse a lo desconocido.
Tú, ¿por qué lloras? Soy feliz, no quiero que llores, simplemente me dormí para no despertar más; pero creo que era egoísta irme sin decir adiós, sin una explicación. Así pues, tú que estás leyendo esto con lágrimas en los ojos, sonríe, porque ahora soy feliz, porque he pasado a algo mejor; algo que deseaba hace mucho.
Lo que encontraste muerto en mi cama, solo era mi cuerpo, piel y huesos, mi espíritu, esa chica que conocías, no está dentro de ese cuerpo, está flotando con los ángeles, sonriendo porque por fin es libre. Porque ahora, es feliz.


Eligió el camino de la muerte.
(Y con él, el de la libertad.)