jueves, 17 de enero de 2013

Inocencia, y más tarde, dolor.

Cuando eres pequeña, los complejos no existen.
No te miras en el espejo para ver si estas guapa, pero tampoco los evitas cuando vas por la calle.
Si tienes un problema, tu único pensamiento, es que tienes todo el tiempo del mundo para mejorarlo.
No miras a tus amigas con recelo, pensando quien esta más delgada que tú, o más guapa.
Simplemente envidias quien tiene más cromos, o más muñecas.
Solo sufres por que te esta saliendo un diente, o por que te has rasguñado las rodillas.
Temes al dentista, al médico, a algunos profesores, pero no a la sociedad, a las personas en sí.
Sustituyes los triciclos por los aburridos coches, las piruletas por los cigarros...
Y entonces ves que has crecido, que muchas de las personas a las que querías ya no están contigo. 
Que has cometido tantos errores, que ya perdiste la cuenta.
Y no te das cuenta de nada de todo esto, has que el tiempo, esta tan encima de ti, que te golpea en la cara.



-  ¿Qué les paso a todos esos niños que antes sonreían felices?

+ Que la rutina los atrapó.

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