Si tuvieras alas que te elevaran, y la segunda estrella fuera tu guía, encontrarías un lugar donde las estaciones conviven en armonía, más allá de la pradera del verano, y del bosque del otoño encendido, se extiende una helada tierra, un mundo incomprendido, pero si tienes la mente abierta, y tu corazón necesita saber, tus alas te elevarán más lejos, de lo que jamás pudiste creer.
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