lunes, 4 de marzo de 2013

Stay with me.

 Si se propusiese el contar cuantas veces se sorprendió a sí misma pensando en como es el sentir su respiración en su cuello, mientras su piel se eriza, sería casi imposible, tan imposible como desbordar el mar.
Pero aún lo era más el imaginar un mundo sin él, sin escuchar su voz al meterle prisa por la mañana, sin escucharle recordar lo bonita que ella era realmente, sin él, ¿quién iba a ponerle caras extrañas cuando estaba malhumora para hacerla sonreír? ¿Quién la abrazaría por la espalda al son de sus canciones favoritas? Él era irremplazable. Pues con el tiempo él, y solo él, se había convertido en la esencia de ella misma.




─Te quiero- dije

─Te amo- susurró

─Te amo- repetí

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